Innovar -Salir de la zona de confort
Esta semana en la AEPS queremos compartir el vídeo elaborado por la empresa Inknowation. Lo conocíamos desde hace tiempo, pero no deja de ser una explicación lúcida y genial sobre el proceso innovador y creativo. Resumiremos en unas líneas el contenido, para facilitar la comprensión del proceso innovador.
A partir de lo descrito, basta con aplicar la moraleja personal a la innovación empresarial, la creatividad y el desarrollo de productos, y os resultará tan iluminador como a nosotros.
La síntesis de la propuesta podría enunciarse como sigue:
«Sueña con lo que quieres, pon fecha de caducidad a tu sueño, y luego trabaja para alcanzarlo«.
Parte de varios conceptos:
Zona de confort, o aquella en que se está al moverse en un entorno dominado, donde las cosas resultan conocidas y cómodas. Sean agradables o no. Hábitos, rutinas, habilidades, conocimientos…, forman parte de esta zona
Alrededor de ella se encuentra la Zona de aprendizaje, a la que salimos para ampliar nuestra visión del mundo. Se consigue al aprender idiomas, viajar, tener nuevas sensaciones. Porque aquellas experiencias enriquecen el punto de vista, modifican los hábitos. Es la zona donde observar, experimentar, comparar.
Más allá de la zona de aprendizaje se encuentra la Zona de pánico o de no experiencia. Acceder a ella requiere superar los presagios agoreros de conocidos y desconocidos. Porque más allá todo puede ir mal.
O todo puede ir bien. Cambiar de actitud y considerar que también puede ir todo bien, convierte la zona de pánico en la Zona mágica. Aquella en la que pueden ocurrir cosas maravillosas aún desconocidas. Es la zona de los grandes retos. Y el efecto enriquecededor que resulta de lanzarse a descubrirla redunda en una ampliación de la zona de confort y aprendizaje. Es entonces cuando el cambio se transforma en desarrollo.
Para lograrlo hay que tener en cuenta que las tensiones emocional y creativa operan como dos fuerzas opuestas. La primera insta a mantenerse en la zona de confort y la segunda a avanzar hacia el exterior. Se trata entonces de trabajar los miedos para que impere sobre ellos la motivación. Miedo al qué dirán, medo a fallar, miedo al ridículo y a la vergüenza, que habrán de ser reconocidos y enfrentados.
¿Cómo hacerlo? Con una buena dosis de autoconfianza. La gestión de los miedos hace crecer la autoestima, y con ella se adquiere una nueva visión de la realidad, llena de oportunidades. Así es posible elegir un objetivo que nos haga soñar.
Entonces se compara el punto de partida con el de destino, y aparece la toma conciencia de lo que falta por aprender. Conviene reforzar el «para qué» de alcanzar el sueño que uno se ha propuesto, y una vez hecho, llega el momento de pasar a la acción.
Comienza el placer de aprender, en el que se sienten inicialmente el riesgo y la propia incompetencia. Pero se vencen poniendo en juego todos los recursos de que disponemos.
Entonces convienen: paciencia, confianza, estrategia y perseverancia y positividad. Y antes de lo que parece el sueño se hace realidad. Ha nacido una publicidad genial, el producto se ha creado, la empresa ha crecido, hemos enriquecido el sector.
¿Nos atrevemos a innovar?
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